El derecho de autor es un término jurídico que hace referencia a una forma de protección concedida por la ley a las obras originales de autor fijadas en un soporte tangible de expresión. Los derechos de autor cubren tanto las obras publicadas como las inéditas.
Como forma de ley de propiedad intelectual, los derechos de autor protegen las obras originales de autoría, incluidas las obras literarias, dramáticas, musicales y artísticas, como poesía, novelas, películas, canciones, programas informáticos y arquitectura.
La obra de un creador está protegida por derechos de autor en el momento en que se crea y se fija en una forma tangible que sea perceptible, ya sea directamente o con la ayuda de una máquina o dispositivo.
Hay dos tipos de derechos bajo derechos de autor:
La mayoría de las leyes de derecho de autor establecen que el titular de los derechos tiene el derecho económico de autorizar o impedir ciertos usos en relación con una obra o, en algunos casos, de recibir una remuneración por el uso de su obra (por ejemplo, a través de la gestión colectiva). El titular de los derechos patrimoniales de una obra puede prohibir o autorizar:
Ejemplos de derechos morales ampliamente reconocidos incluyen el derecho a reclamar la autoría de una obra y el derecho a oponerse a cambios en una obra que puedan dañar la reputación del creador.
Los derechos de autor protegen las obras originales de autoría, mientras que una patente protege las invenciones o descubrimientos. Las ideas y descubrimientos no están protegidos por la ley de derechos de autor, aunque la forma en que se expresan puede serlo.
Una marca comercial protege palabras, frases, símbolos o diseños que identifican la fuente de los productos o servicios de una parte y los distinguen de los de otros.
Se recomienda registrarse por varias razones. Muchos optan por registrar sus obras porque desean tener los hechos de sus derechos de autor en el registro público y tener un certificado de registro. Las obras registradas pueden ser elegibles para daños legales y honorarios de abogados en litigios exitosos. Finalmente, si el registro se produce dentro de los cinco años posteriores a la publicación, se considera evidencia prima facie en un tribunal de justicia.
Una vez que usted es el propietario legítimo de una obra, puede proporcionar autorización para que otros usen o exploten su obra. Tales autorizaciones se conocen comúnmente como «licencias» y pueden o no implicar el pago al titular de los derechos. Siempre se recomienda buscar asesoramiento legal experto antes de negociar un acuerdo de licencia.
Si desea conceder licencias sobre su trabajo a usuarios como organismos de radiodifusión, editores o incluso establecimientos de entretenimiento (es decir, bares, clubes nocturnos), unirse a una organización de gestión colectiva (OCM) puede ser una buena opción. Los organismos de gestión colectiva supervisan los usos de las obras en nombre de creadores y editores y se encargan de negociar las licencias y recaudar la remuneración. Son particularmente útiles para los titulares de derechos que no tienen los recursos para supervisar y hacer cumplir sus derechos de autor por sí mismos.